martes, 12 de julio de 2011

Al final del largo pasillo
Una voz irrumpe en las tinieblas.
Una marea sonora,
Un estallido gutural,
Una perturbación nocturna
Que desfibrila el corazón.
Es la "voz de los escombros",
La voz de los sin voz.
No temas. Tan sólo aulla,
Tan sólo ladra. Tan sólo jadea.
Tu miedo no atiende a razones.
Su vida, está en tus manos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Demasiada responsabilidad...
Tus gritos son siempre de lujo.
Besos