jueves, 9 de diciembre de 2010


A veces, tan solo a menudo, cuando todo gira en sentido inverso o "contragira", apareces tú, asomada a una ventana pequeñísima, haciendo un pequeño ruído, pero sin llamar la atención, eso sólo lo hace el vaivén de tus caderas, tan descaradas y frágiles como cada palabra que resbala de tus labios. Sin darme cuenta, me veo envuelto en tu mundo, inmerso en tu cabeza, escuchando esas cosas que a veces no te atreves a contar, pero que te queman por dentro, sin que te des cuenta, sin que sientas la herida abrirse, te van mordiendo poco a poco, hasta que pasados los días, acabas lanzando piedras verdes sobre mi ventana chiquitita. Has notado la hemorragia y necesitas curarla con "pastillas para no soñar", con tiritas que de vez en cuando ponemos los pobres indigentes, los que no tenemos nada más que ofrecer, sólo nuestro silencio y esa dosis de atención que todos necesitamos. Cuando se apaga la luz de tu escritorio y el tic-tac del reloj se sincroniza con los latidos de tu enorme corazón, sé perfectamente que lloras, que lloras largo y tendido, que piensas que te han dado un mundo, tres tallas grande, que nunca conocerás al costurero que te consiga hacer un "traje" a tu medida, un "traje" que te haga sonreir, que te cubra la mano con palomas y laurel, que te trace sonrisas en coordenadas polares y faciales. Y no entiendes que el mundo se quedaría pequeño si decidieses salir a la calle con la cabeza en alto, bolso en mano y chascando los dedos al compás de los pasos. Que únicamente con reirte, de esa forma en que lo haces, algunos venderían hasta su BMW por el mero hecho de hacerse propietarios de algo tan natural.

Tal vez te falte picardía y te sobre bondad. Posiblemente, en este duro intercambio de golpes que es la vida, pierdas a menudo, y es que los problemas a menudo te deseuilibran tu magnífico juego de piernas. Pero si me lo permites, si y solo si, me lo permites, puedo ofrecerte un consejo, uno de los pocos q me quedan, cogido con alfileres en mis harapos. Con la premisa de que me hayas permitido dártelo, te diré que nunca cambies, que jamas lo hagas, que nunca cambies y mucho menos, que alguien pretenda hacerlo, porque si no, se habrá perdido una de las mejores lineas que se han cruzado en mi trazo errante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué no se pierda, qué siga siendo ella, qué tú sigas nutriéndote de inspiración para escribir tan formidable como lo haces.
Buen finde.