domingo, 22 de agosto de 2010


Hubo un tiempo en el que quise a una persona y un pequeño libro, no muy conocido, por el momento. La persona era la única que conocía mi pequeña debilidad hacia ese libro y un buen día llegó con él en la mano. Por fin lo había conseguido. Meses despúes cuando me decido a leerlo, la persona ya no está a mi lado para escuchar como lo leo en voz alta. Es una lástima. Para hacerla partícipe aunque sea de forma secundaria, dejo estos versos que traen consigo un millón de recuerdos.
(...)
"que no solo conozco su última pesadilla,
también las mil anteriores,
y yo sí que no tengo cojones a decirla que no a nada
porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este
mundo).
que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente ella,
rendida a ese puto milagro que supone que exista.
que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos,
y la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino,
y la he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de
paisajes si no han visto su cuerpo."
(...)
Escandar Algeet, Alas de mar y prosa

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni te imaginas cómo me recuerda tu forma de escribir a alguien... es todo un acto de valentía leerte, por lo que me traspasa.
Un beso y hasta la vuelta

Preciosos, preciosos versos.

samsa dijo...

Estos ultimos versos como queda dicho no son míos, y lo cierto es que son muy muy buenos,gracias por tu atención

Anónimo dijo...

Si, si, lo había entendido perfectamente que no son tuyos, lo dices muy claro, pero me refería en general, acababa de leer la entrada anterior y otras que voy leyendo.

De nada, es un placer.