lunes, 22 de abril de 2013

Concordancia.

"La que hizo en la guitarra marcas que hacen cicatriz" A. Suárez.

Con la fuerza de quien tiene el mundo bajo sus pies y desconoce las consecuencias me acerqué hacia ella, para recordarle que el día tiene 24 horas, y quiero pasar 25 escondido en sus brazos. Para puntualizarle que la vida en un instante no es nada comparado con una vida llena de instantes en los que acariciar su pelo, de instantes en los que verla sonreir.
Me he perdido una y  mil veces en el laberinto de mí mismo, en ese egocentrismo, nunca consolidado, en el que nada importaba salvo las huellas que dejaba plasmadas en la arena. Y en ese eterno viaje, en busca de una ubicación, ella apareció y me recordó que los ideales están para defenderlos, pero que las ideas no son todo en esta vida, y entonces la teoría platónica en la que siempre me había guiado, se hizo añicos, y los añicos se transformaron en sábanas desordenadas y desafío contínuo a las leyes del Caos, en busca de esa entropía, de ese orden que diese sentido a su risa con mis ganas de cambiar el mundo, que concordase sus besos con esta necesidad innata de saber quién soy.

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