domingo, 18 de marzo de 2012

"Maldita dulzura la tuya" Vetusta Morla

Allí no olía a alcohol, todavía.Venías a lo lejos, allí, una pequeña sombra en el infinito, una pequeña luz en la noche. Fue fácil encontrarnos y mucho mas simple perdernos. Miles de kilómetros separando la realidad difusa, de una realidad mucho más cruda, mucho más fría, completamente sangrante.
Sesenta amaneceres con sabores diferentes, rayos de sol que brillan por su ausencia, allí donde todo empieza, lejos de aquí, donde yo me encuentro, donde yo termino, donde tú no estás, donde dejaste huella.
Que la vida no se puede contar en un folio, lo aprendí hace mucho. Que tus caricias no admiten ni un croquis, ni un mapa a escala, lo asimilé hace unos días. Los días raros, en que el espacio no era una incógnita, y la velocidad era una constante marcada por dos latidos diferentes, dos latidos que batían las alas al mismo ritmo y que dejaban al tiempo cogido por las leyes de la física.Un tiempo que supimos contrastar, aunque no era la solución del problema.
Viniste, te vi y vencimos. Esa victoria que siempre viene acompañada de la posterior soledad.
La soledad de los que duermen en habitaciones separadas, de los que desayunan cafés distintos, en lugares remotos. La soledad de los números primos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Cuatro días sin "la soledad de los números primos"... Gracias.

Mrs.Poulain dijo...

Pff es brutal César!