martes, 10 de febrero de 2009

Todos los retornos de personas que añoramos nos producen una sensación de alegría inusitada mezclada con una inesperada duda ante la expectación de cómo habrán pasado los años por el indivíduo y como será nuestra nueva relación.
Pues bien, hace un par días una cierta correspondencia depositada en mi buzón me transimtió la sensación descrita anteriormente, un viejo amigo, mi gran amigo Gastby me envió una carta poniéndome en antecedentes ante su repentina decisión de volver a casa. Mi estómago se encogió y por un momento la sonrisa excedía los límites del espejo. La noticia era bien simple "Vuelvo a casa para estar con mi madre y mi hermano". no decía nada más, ni daba más explicaciones, raro en él tal brevedad, pues si hay una persona locuaz en este mundo ese es Gastby.
Como habrán deducido, Gastby no era una persona transitoria en mi vida, era un amigo de los que dejan huella, muchas son las noches en las que hemos dormido bajo el mismo techo, muchas tardes futboleras en su compañía, y por miles se cuentan las risas compartidas. Pero si hubo algo que nos unió fueron las trampas que le pusimos a la naturaleza, y nunca se me olvidará como se agarraba de mi mano para escapar de aquel descerebrado ser que sin ton ni son quería acabar con él, todavía no han conseguido localizar a ese cabrón y son muchos los que buscan meter al tal Cáncer fuera del alcance de la sociedad. Estas son únicamente pequeñas pinceladas de nuestra idílica amistad. De su despedida puedo decir poco, por el simple hecho de que un día se marchó sin decir a nadie adiós, un buen día de verano se marchó de madrugada sin dejar ninguna nota en su sofá, ni ninguna colilla en el cenicero donde acumulaba su amada nicotina, ni siquiera vio el combate de boxeo que televisaban esa noche, simplemente desapareció.
Al poco tiempo recibí una llamada suya para disculparse por lo ocurrido y para explicarme los motivos de su marcha,los cuales, me va a permitir el lector que los mantenga en el anonimato por respeto a mi querido amigo, y para encomendarme a su amada mujer, es decir, para que estuviese siempre cuidándola, cosa que hago desde aquel día encantado y orgulloso de cumplir su petición. También me describió un poco su nueva vivienda y ciertos rasgos de sus vecinos, de estos no podía saber mucho por el corto espacio de tiempo que había transcurrido, me comentaba que había un estanque cercano, y muchos árboles con pequeños grupos de patos caminando graciosamente al ritmo de sus cua-cua. Sitio acogedor como observarán, pero por su tono de voz no le noté muy convencido con el cambio, pues no paraba de recordarme que sus vecinos recibían numerosas visitas y a cual de ellas mas triste y ruidosa, también me comentó que la vivienda en sí era muy pequeña y oscura y que era un bajo de un edificio de cinco plantas.Se despidió de mí y me dijo que ya me llamaría.
Precisamente cuando se cumplían tres años de su marcha llegó a mi casa un regalo, y era de su parte, en una pequeña nota Gastby me escribía "Consérvalo porque es lo que mas te conviene y porque sé que es lo que realmente quieres". el regalo no venía envuelto, pero también me guardo para mí cual era el presente. Esas son las únicas noticias que he recibido de él en este largo periodo, como no me ha dado fecha concreta no sé cuando podré verle, y con respecto a nuestra nueva relación como bien he dicho antes, se me encoge el estómago imaginándole viniendo hacia mi casa , caminando con unos andares tan particulares, bien recto y con su inseparable bastón que decidió llevar desde el ataque relatado lineas arriba.
En el remitente de esta nueva carta pone la siguiente dirección: Ciudad de los Muertos 4 Bajo-J, espero que las lineas de Iberia estén disponibles y pueda verlo pronto y sino pues seguiré con mi nudo en el estómago.

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