domingo, 25 de enero de 2009




Y mientras tanto


los miedos se acumulan,


las noches se vuelven


más artificiales,


tal vez,


menos especiales.




Las esperanzas
se entremezclan con el café,


la luz de la lámpara


con el fosfeno,


mi vida,


con mi obsesión.




Raro será,


que conserve la cordura;


quizá la escritura,


me pueda sosegar.


2 comentarios:

SockToga dijo...

Y cual es tu obsesión hasta tal punto que empeñas tu vida???

Anónimo dijo...

A mi me sirve hacerlo, mucho.